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miércoles, 1 de diciembre de 2010

El Sainete


La curiosidad del Departamento de Estado sobre la forma en que Cristina Kirchner resuelve las situaciones de estrés ha sido respondida por la misma mandataria en estos días. No trascendió hasta ahora qué contestaron los funcionarios a aquel requerimiento pero sin duda merecía un “Maravillosamente” a tenor de su gesto impertérrito luego de la revelación de las buenas y secretas migas que mantiene con Hillary para domar al vecino díscolo, Evo.

Pero hay que reconocer que no son pocos los funcionarios que andan con el corazón en la mano porque, a pesar de los alaridos de horror que debimos soportar de cierto periodismo local y extranjero y de ciertos líderes –unos y otros, todos “progres”-, lo más escandaloso del incidente no son las preguntas que con toda lógica se hace la primera potencia mundial sobre los personajes con los que debe arriar, sino las respuestas recibidas.

Bien dice la sabiduría popular que uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. En cuanto a qué relación guarda uno con sus insultos no está definido pero nadie quiere ni imaginarlo. Uno de los cables que nos involucra informa de la dificultad que enfrentó la embajada norteamericana en muchos casos para hacer callar a los opinadores de turno. Trascendió que no alcanzaba con las maneras diplomáticas para conseguir que los interlocutores se guardaran algún detalle aunque más no fuera, para sus sesiones particulares de terapia.

Lo cierto es que esto, además, ha desatado la furia de nuestros dirigentes y la decisión unánime de impedir la impunidad del oficialismo con un rigor nunca visto. “¡Basta de atropellos! Hasta acá llegaron” se escuchó decir en una reunión en la que Franta de Narváez daba directivas políticas a Pepe Scioli mientras sonreía a las cámaras que tiene instaladas por docenas en su bunker de campaña. Sin ir más lejos, no bien se enteró el colorado de que Aníbal le andaba pispeando su correo electrónico ardió Troya. Sin filtro y totalmente sacado, el apuesto millonario le espetó al jefe de gabinete, por televisión claro, que dejara de hacerlo. Y fue más allá porque le puso fecha a semejante amenaza: “ya” dicen los presentes que bramó, púrpura de ira. Una vez que los periodistas tomaron la última imagen del irritado legislador salieron a buscar la respuesta de Fernández. Su ausencia de los lugares que suele frecuentar provocó una ola de trascendidos que coincidían con un incontrolable ataque de pánico que le habría producido el ultimátum del diputado.

Otro que está sacado es el canciller Twitterman. Tan loco lo puso la filtración de Wikileaks que le han tenido que esconder el celular para que no blasfeme a través de las redes sociales. El, que venía sopapeando a diestra y siniestra (sobre todo esto último) tuvo que llamarse a silencio primero porque su jefa así lo ha dispuesto y luego porque el paradero de su teléfono lo tiene tan preocupado como la recepción que vayan a recibir de Morales cuando se encuentren cara a cara en La Feliz en los próximos días.

“¿Yo señor?” balbuceaba Jorge Taiana mientras relativizaba la parte que le tocó de la fuga. “¿A quién salvo a los yanquis de mala madre puede importarle qué hice yo hace más de treinta años?” se preguntaba furioso.

Un sombrío personaje que nadie reconoció resultó ser el otrora sonriente Sergio Massa. Desencajado repetía ante quien quisiera escucharlo que los motes de “psicópata” y “perverso” habían sido sacados de contexto.

La fila más larga es la de los indignados. Escenas de pugilato se vivieron para decidir quién la encabezaba. El ex canciller apuró el paso pero Alberto Fernández lo chistó y con un “¡a la cola que yo llegué antes!” lo hizo desistir. Con la excusa de su estatura lo iban relegando a medida que la fila se poblaba. Mauricio desde su luna de miel pidió que no lo dejasen afuera y avisó que no quiere formar último, dijo que si le hacen una porquería se la van a ver con su papá y hasta amenazó con cantar si no le guardan un lugar. Sería una injusticia porque su nutrido equipo de expertos en relaciones internacionales está trabajando duro con los especialistas en imagen desde que se supo que la embajadora americana lo tiene por un maleducado.

Pero fue Aníbal quien, a punta de bigote, logró la “pole position”. Aseguró que no piensa darle entidad a esa sarta de estupideces, que las épocas de procesado quedaron atrás, que el capítulo como intendente de Quilmes ya fue y que no está dispuesto a tolerar tanta buena memoria de nadie. “Estamos en la Argentina, una sociedad sana en la que nunca pasa nada porque cualquier zafarrancho prescribe tarde o temprano. Falta que sigan preguntando por los fondos de Santa Cruz” gritaba enajenado. “Evidentemente los patitos de Carrió no son los únicos mareados” acotó mientras se alejaba entonando “¡país generoso! ¡país generoso!” camino a su taller de bonsái.

Hay frases célebres que ayudan a entender. Churchill dijo que “La indignación es la estrategia que reviste de dignidad al idiota” y queda superlativa a continuación del memorable “al que le quepa el sayo, que se lo ponga” del gobernador Angeloz.

Mientras el sainete se desarrolla y pocos son los que salvan sus pilchas del ridículo, el Frente para la Victoria instalaba por cuarta vez consecutiva a Eduardo Fellner al frente de la Cámara Baja como para garantizar la “continuidad del modelo” y Cristina Kirchner anunciaba por cadena nacional el volanteo de más y más dinero al ritmo de la discrecionalidad peronista. Dicen los que estaban cerca de la presidente que la escucharon atender un llamado de Barak directo a su teléfono celular pero hasta que no lo publique Wikileaks no vamos a poder confirmarlo.

2 comentarios:

  1. Maria o no publicas o publicas casi a la vez.

    En lo referente al primero yo no ensalso tanto a los americanos son una sociedad que mas que amor a la libertad tiene amor al consumismo absoluto y eso esta destrozando el mundo.

    De wikileak de acuerdo no es mas que un sainete.
    Me sorprende que los periodistas se rasguen las vestiduras por esto pero no por que un ser imnundo (por que otra palabra no lo describe) como Anibal Fernandez llegue a ser Jefe de Gabinete, tal vez ese sea el verdadero sainete como el muñequito de Tigre(pobre las viCtimas de los delitos orquestados por la SIDE y la bonaerense en represalia por sus dichos).

    De los demas que mas se puede decir sino Argentina pais generoso... hasta la idiotes.

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  2. Con el tema de Wikileaks, el problema no parecen ser las preguntas, que conocemos, sino las repuestas, que no conocemos.
    Bueno, al menos algunos no conocemos.

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