Recomendado

Recomendado
2da Edición

Encargue acá su Libro

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

lunes, 12 de abril de 2010

Quien repare en que estamos promediando el cuarto mes del año y hasta acá no hemos hecho más que amontonar problemas nuevos y viejos debería preocuparse.


Una sana costumbre sugerida por la psicología tradicional indica listar las tareas pendientes de manera de evitar olvidos. Además, de esa forma uno puede comprobar visualmente si se está en un proceso donde se acumula más de lo que se resuelve y, eventualmente, revertirlo.

Hay que ser muy corajudo para aplicar ese sistema en el caso de nuestro país porque el efecto de una lista tan voluminosa puede resultar demoledor. En materia de instituciones sería difícil decidirse por cuál necesita con más urgencia un tratamiento de terapia intensiva pues son varias las que corren riesgo de vida en la actualidad.

No menos grave es la salud de los tres poderes del estado. El ejecutivo inunda de arbitrariedad su diario accionar y tiñe de autoritarismo todo lo que toca. Mandonea, presiona, destrata y pone en penitencia a sindicalistas, gobernadores, empresarios, jueces, intendentes, curas y periodistas por igual. El legislativo no padece menos conflictos; hace cinco meses que está hibernado y sólo levanta el hocico del barro para anotar un nuevo papelón a su voluminoso ranking de fallidos. Mientras tanto, el poder judicial que venía zafando de la mirada general pero no del descalabro, hoy expone sus miserias sin disimulo. En síntesis, la división entre los tres como sinónimo de control y garantía de independencia quedó reservada a los libros de texto.

La foto de la Argentina es patética: apila indigentes, incumple compromisos, manotea el dinero de los jubilados, apaña mafias y mafiosos y se endeuda hasta lo inaudito gastando lo que no tiene en políticas asistencialistas para mantener en pie un elefantiásico engranaje de pobres y punteros que sólo sirve para enriquecer a los punteros y multiplicar a los pobres.

En ese contexto, una desorientada oposición que no acierta con el contragolpe, observa alelada cómo una banda de forajidos deshace todo lo que encuentra a su paso. Tampoco es que se trata de un grupo de notables intentando frenar los excesos de los bárbaros pero la impunidad con que el oficialismo usa y abusa del poder del estado los tiene técnicamente neutralizados.

Para ensombrecer el panorama están empresariado y sindicalismo entregados a compartir la miel de los privilegios que siempre hay para los sumisos.

La iglesia, como hace más de medio siglo, enfrenta en soledad desde el lugar que le corresponde, los excesos de una administración indecente que incentiva la pobreza como política de estado para beneficio de su proyecto de poder personal.


En resumidas cuentas, así enumerados los conflictos en marcha y las tareas pendientes, la lista agobia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario