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lunes, 20 de julio de 2009

Un Festejo "No Positivo"


Luego de las grandes traiciones cruzadas desde y hacia todos los sentidos que se prodigaron entre “compañeros”, hace rato que el peronismo quedó inhibido de festejar el Día la Lealtad. Algo similar le ocurre hoy, que se conmemora el Día del Amigo, a prácticamente la totalidad de la dirigencia política argentina.

Scioli y Reutemann, para dar dos ejemplos de un largo listado, no deben figurar en los llamados por realizar de Carlos Menem. Ni Das Neves y Acevedo en los de Kirchner, como tampoco Solá y Duhalde en los de ninguno de los dos.

Pero la cosa no termina con ellos, figurones, tropa privilegiada de un movimiento amorfo que adopta y adapta sus formas al calor de las conveniencias coyunturales. Los peronistas, que no respetan nada en la carrera tras el poder, por qué habrían de reconocer las sensibles vetas de la amistad, un sentimiento que privilegia a quien lo recibe pero más aún al que lo prodiga.

En honor a la verdad, hay que reconocer que las mezquindades no son patrimonio de los peronistas. Ellos hacen escuela pero los vienen imitando con empeño. Balza, por ejemplo, es un traidor que recibe unánime repudio de sus pares. El almirante Godoy no se queda atrás; ambos avergüenzan el uniforme que portan independientemente del color político que anide en sus almas, en el caso de que tuvieran; color político, se entiende.

La renunciada ex ministra Ocaña bien se ha ganado un lugar en la lista de “no amigos”, no tanto por alejarse de la musa inspiradora de su carrera política sino por la forma en que lo hizo, sin privarse de criticarla por los métodos arbitrarios que aplica en el accionar interno y gracias a los cuales ella obtuvo una banca en Diputados.

Mientras tanto, López Murphy por episodios de la interna política de cuando aún encabezaba Recrear y era un aliado estratégico (por ese entonces, el único) del PRO, y el Gobernador Sobisch por hechos propios de su gestión que deshicieron su acuerdo político con el Jefe de Gobierno porteño, aunque los dos por el mismo motivo, tampoco dirían que registran a Mauricio Macri entre los amigos. Ambos padecieron su merodeo esquivo al compromiso y su ausencia en momentos críticos, en esas situaciones donde lo único que cuenta de la gente es su incondicionalidad.

El duhaldismo también guarda pesadas facturas a los coqueteos de “Franta” de Narváez y, aunque duchos en el conocimiento de la condición humana, no consiguen digerir el empujón que les metió para despegarse de ellos en el último tramo de los cien metros llanos de campaña.

Aunque tal vez el paradigma moderno de la deslealtad o el ejemplo más flagrante de conducta “no positiva” a los valores de la amistad sea Julio Cobos, quien llegó a la vicepresidencia contrariando a su propio partido por arrimarse a los Kirchner y luego ganó una impensable popularidad oponiéndoseles. Hoy suena políticamente incorrecto criticarlo pues, en la lectura superficial que hace el público, prefiere rescatar el revés que significó aquel episodio para la administración de Cristina que la ambivalencia inescrupulosa de Cobos.

Seguramente el lector esté recordando otros tantos ejemplos que abultarían la lista y que no harían sino confirmar que el Día del Amigo es, para la política argentina, un festejo “no positivo”. Una lástima. Otra más, en realidad, porque los vicios de la conducta tienen vasos comunicantes entre la faz privada y la pública.

6 comentarios:

  1. Valiente Muchachada20 jul 2009, 22:39:00

    María, por los amigos, que no son de Godoy, y que por ahora, están un poco lejos, 100 km mas o menos.
    Ya volverán.

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  2. ESO!!! X los amigos verdaderos, q no necesitan de la frecuencia; q saben q estamos, donde nos toque estar.

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  3. muy bueno tu artículo, pero un dato de la realidad lamentable....

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  4. Me siento tentado a compartir lo que apuntás sobre Cobos, y de hecho fuí muy remiso a elevarlo a los altares tras su voto "no positivo", recordando precisamente lo que apuntás: que era un traidor, expulsado de su partido, nada menos que por encamarse políticamente con el "espacio" más impresentable y corrupto que recuerde la historia argentina, como es el kirchnerismo.

    Sin embargo, últimamente le he dado la indulgencia plenaria, porque reconozco que -aún con los pecados mortales que cometió previamente- su actitud en aquella madrugada, bien puede considerarse un acto de expiación, que lo redime de su pasado oscuro.

    Besos bolivarianos,

    Lic.

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  5. Estimada María Zaldivar:Como pecado y penitencia vienen en el mismo envase, el déspota está condenado a rodearse de una chusma que es servil por lo cobarde, pero que en su vida mínima va atesorando la traición por su propia condición insignificante generada por el temor. Su nota me obliga (disculpe) a parafrasear a Lanusse :"es incompatible ser decente y peronista". Aunque creo que la frase ya es (como Usted advierte), aplicable a otros grupos políticos y sociales.El pueblo argentino también cometió el grave pecado de no defender políticamente (salvo excepciones)a quienes imploró que detengan la locura del 73/76.¿cual será la penitencia?.Veo en su nota una muy oportuna síntesis de un tema que hoy no puede obviarse.Esperando que éste aporte no resulte extemporáneo,hago propicia la oportunidad para saludarla con mi más distinguida consideración (Juan A Tuckey Sr.)

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  6. Jeje... no se x q me suena a excusa el "rulo" que aplicás, Juan de los Palaotes, para disculpar a Cobos de su cobismo; yo, inhibida de otorgar indulgencias por no ser quién, no evalúo su conducta desde el cielo sino desde la tierra que compartimos todos y no mezclo los permisos religiosos con las obligaciones terrenales.
    En todo caso, Cobos puede recibir indulgencias para sus pecados de parte de su iglesia; en el plano político, pueden justificarlo maquiavélicamente susurrando: "El fin justifica los medios". Si les parece, todo bien.

    Sr Tuckey, el apellido Lanusse me refiere indefectiblemente al regreso de Perón a la Argentina, y mucho me temo q haya en aquel nefasto episodio, más detalles que lo comprometa y q desconocemos (o al menos, carecemos de las pruebas)
    Coincido con fervor en q la sociedad argentina mira para el costado en el tema subversión, pero no se puede esperar otra cosa de un pueblo acostumbrado a q lo adulen y le resten toda responsabilidad sobre nada.
    Más bien pondría el acento sobre las clases dirigentes y en particular, sobre la corporación judicial, apéndice vergonzoso del poder político, sea cual sea.

    A ambos, gracias x leer las notas!

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