
La clase dirigente argentina sigue girando sobre su propio eje sin atender los reclamos y necesidades de sus respectivos representados.
Hace exactamente un mes, los argentinos definíamos el recambio parcial de legisladores para los próximos cuatro años. Con alguna dispersión de preferencias, el mensaje al gobierno nacional fue claro: “ustedes, no”. Sin embargo, Cristina y su séquito insisten en su propia agenda, que chorrea títulos y que en la práctica mantiene intactos los genes kirchneristas del autoritarismo, el hermetismo y el resentimiento social (tanto como para demostrarle a los que lo ponen en duda que la filosofía K es, en esencia, peronismo en estado puro)
¿Qué fueron los dichos de la Presidenta al día siguiente de su derrota electoral sino una confirmación del rumbo, además de algunas contradicciones propias de su más visceral forma de ser? En esa oportunidad apuró la declaración de dar por cerrado el libro de pases ministeriales tras la caída de Graciela Ocaña, cuyo compás de espera hasta después de las elecciones para abandonar el cargo fue un secreto a voces. A pesar de lo dicho y al mejor estilo de la política tozuda de la que Cristina ha hecho una norma, los argentinos presenciamos una sangría ministerial desde entonces casi tan inútil como las intervenciones presidenciales en los foros internacionales a los que adora concurrir para llegar tarde, decir inconveniencias y granjearse la crítica de locales y extranjeros.
Dos son los últimos mamarrachos memorables. Uno fue el paseo aéreo que realizó en compañía del Presidente Correa mientras el mismo ex presidente hondureño aclaraba que él no había pedido intermediación alguna ni de Argentina ni de Ecuador. Papelón uno. El otro fue la repetida guarangada de llegar tarde a una cumbre como para evidenciar dos carencias: de educación y de importancia; más allá del protocolo, quedaron demostrados el desconocimiento de una norma de urbanidad elemental y la insignificancia de su presencia, ya que los hechos se desarrollan sin alteraciones aún en su ausencia.
Pero el 28 de junio el mensaje también tuvo otros destinatarios que tampoco registraron la voz de las urnas.
Los empresarios siguen reptando alrededor de ciertos despachos oficiales, siguen aplaudiendo y apañando las medidas oficiales y siguen sin atreverse a dar una versión de la realidad que pueda irritar a Cristina Kirchner. Siguen, en suma, sosteniendo el estado clientelista que les da de comer (opíparamente) Es un empresariado cautivo, en una suerte de convivencia con el Estado que tiene demasiado de connivencia y por la que deberán dar cuenta tarde o temprano.
Los empresarios siguen reptando alrededor de ciertos despachos oficiales, siguen aplaudiendo y apañando las medidas oficiales y siguen sin atreverse a dar una versión de la realidad que pueda irritar a Cristina Kirchner. Siguen, en suma, sosteniendo el estado clientelista que les da de comer (opíparamente) Es un empresariado cautivo, en una suerte de convivencia con el Estado que tiene demasiado de connivencia y por la que deberán dar cuenta tarde o temprano.
El sindicalismo, artífice último de esta estructura de hambre en la que aún encuentra respaldo el matrimonio presidencial, con la derrota a cuestas se hace el gil porque sabe que acapara la millonaria fortuna de las obras sociales. Esa manija les asegura la conducción de la calesita, cuántas vueltas le hagan dar, a qué velocidad y quiénes participan. El amague de ruptura fue mera presión de un sector sobre otro para obtener participación en las decisiones de cúpula y nada más.
La ilusión de vivir en nuestro país un proceso similar al que significó la caída del PRI en México luego de setenta años ininterrumpidos de ejercicio del poder, por efecto de la efectiva fractura sindical duró el tiempo de mostrarse los dientes, al sólo efecto de “arreglar”. Y de nuevo, todos amigos.
La vergonzosa actitud del Poder Judicial, probablemente el más corporativo de los poderes, lo que es decir mucho, demuestra tampoco haber tomado debida nota del cambio del viento. Las dos variedades se encuentran intactas: oficialistas e invisibles hacen lo suyo como hasta ahora. Unos, apuntalan los engendros kirchneristas mientras que los otros ni respiran intentando sobrevivir hasta que pase el temporal. No hay mal que dure cien años y con un poco de suerte, confían en verlos partir desde sus despachos. Conservar el cargo, de eso se trata.
Las universidades, bien gracias. Foros de debate, de ponencias novedosas en otros países, en la Argentina no hay ninguna que, además de alguna medición estadística de relevancia escasa, levante su voz para clamar por ley, instituciones, rumbo, Constitución, largo plazo, ideas o valores. Si hoy mismo el profesor Alfredo Solari está siendo perseguido políticamente desde la universidad pública y no hay decano, rector, claustro académico, Consejo Directivo o Colegio de Abogados que haya emitido una sílaba en defensa de la libertad de cátedra. El puestito, hay que cuidar el puestito a toda costa sugieren los involucrados como expiación a tanta cobardía, como si se pudiera retener el puestito cuando el autoritarismo se lleva puesta la libertad misma. Y la dignidad, por supuesto.
La oposición política mientras todo aquello sucede, enfrascada en pellizcarse para caer en la cuenta de que realmente le ganaron a Néstor Kirchner, hace treinta días que se mira el ombligo. Y comenta la realidad desde los estudios de TN. Alguien debería aclararles que esa es función periodística y que mientras los periodistas describen los políticos hacen. Casi cabe preguntarse si en realidad alguien le ganó o es que simplemente Kirchner perdió pues lo cierto es que al menos el oficialismo ha recuperado la iniciativa; como quien cambia los muebles de lugar, ha redistribuido los mismos hombres de diferente manera, dato mucho más elocuente que el infértil diálogo al que, sin convicción alguna, convocó a sus adversarios políticos.
Ninguna de las partes cree en una resolución acordada para los enormes problemas que la república, o sea nosotros, arrastra. Sin embargo, tampoco ninguno ha hecho siquiera el gesto de levantar el guante.
Clara como siempre María.
ResponderBorrarNo sigamos esperando nada de la oposición. Evidentemente comparten algunos genes del Kirchnerismo.
Carlos Stella
Brillante Mery, como siempre.
ResponderBorrarMi única crítica es la foto, casi vomito, cuando la vi de golpe. Te aconsejo que la quites así evitás futuros intoxicados.
Alejandro Olmedo
Brillante.Mujer Entera.Perfecta síntesis. JSchroder
ResponderBorrarSuper de acuerdo con Alejandro Olmedo.
ResponderBorrar¡Sacá la foto please!
Carlos Stella
Jajajajaj! NI pienso. QUIERO UN PAIS INTOXICADO DEL PERONISMO!!!! así hacemos dieta de ellos x un tiempo... como pasa siempre luego de un atracón, vieron? A MIRARLA cuando crean q los anticuerpos bajan!!!!!
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