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domingo, 19 de abril de 2009

No estás sola, Gaby


Hacer política es siempre un engorro; desafío para algunos, complicación para otros; una revolución que cuesta en ciertos casos el prestigio personal o inclusive el orden familiar que se altera, a veces, hasta la disolución.

Si tenés años de militancia, los medios ventilan tus andanzas y, por lo general, te cocinan al calor de las incoherencias de viejas amistades e inexplicables ententes que salen a la luz. Ahora, por ejemplo, que Claudia Rucci es candidata del properonismo, le recuerdan su paso por las filas del “kunkelismo”, incomprensible si se analiza que Carlos Kunkel militó y reivindica los movimientos terroristas que asesinaron a su padre. Los medios avanzan en la revisión de las conductas políticas y nos recuerdan merodeos que preferiríamos olvidar. Porque el poder, como el dinero, no cambia a las personas; simplemente las desenmascara. Y punto.

Pero cuando no militaste no te va mucho mejor. No saltan pasados inconfesables pero las crónicas descubren otros papelones, como la nada. No te pueden endilgar asociaciones partidarias ilícitas pero sí un desconocimiento supino del paño político, lo que no es menos vergonzoso. Porque la distorsión local hizo sinónimo de militar el verbo “rosquear”, trampear, negociar y negociar en política se interpreta, inexorablemente, como jorobar a alguien o beneficiar inmerecidamente a alguien lo que, en el fondo, es lo mismo.

¿Cuál podría ser la ventaja de tener una hoja de ruta vacía? Si en el mercado laboral de verdad, la experiencia profesional cotiza ¿por qué en la política debería ser al revés? ¿Qué normas propias tiene la acción pública para valorar distinto al punto de ver una virtud en lo que en otros rubros es una debilidad? Si un veterano aporta experiencia, ¿qué cualidad trae a la política el que no tiene registro de las apetencias personales del militante político, que no sabe lo que es la lucha y menos aún el ejercicio del poder, que desconoce los tiempos, las estrategias y las miserias humanas que pululan alrededor de la vida de los partidos y que hasta desconoce sus propias reacciones ante las tentaciones que otorga ser clase dirigente en países como el nuestro?

El atajo suele contener alguna trampa; por lo menos, seguro la trampa de intentar el ahorro del esfuerzo que significa la construcción sólida, siempre lenta; eso le pasó a la sociedad argentina cuando un día bramó para que “se fueran todos”, como si los dirigentes que teníamos hubiesen salido de un repollo. Y festejó que se le diera el gusto en un abrir y cerrar de ojos. Durante un tiempo Mauricio Macri decía, y con razón, “Al final, el único nuevo acá soy yo”. Ahora no lo dice más. Ya sé; cada día habla menos, es cierto, pero también es cierto que la gente está empezando a comprobar que lo que tienen que cambiar son las conductas más que las caras y que la ecuación “conductas viejas en caras nuevas” es más una trampa que una solución. Más de lo mismo, que le dicen.

“Todos los caminos conducen a Roma” o “Cualquier bondi los deja bien” son ajustadas descripciones de la maquinaria del peronismo que, en 2003, descubrió que la incomodidad de las internas partidarias se resuelve abriéndolas a la elección general, con varias ventajas adicionales: 1) el bien ponderado “pelito para la vieja”, esto es, el partido no carga con el costo económico de semejante despliegue; 2) la conveniente perinola de “tomo todo”, o sea, se puede alterar el espíritu de la Constitución y acaparar, también, los escaños originalmente pensados para garantizar la representación de las segundas fuerzas. Vistas las idénticas apetencias de la gama de peronismos a disposición del elector, es preciso modificar el fondo y no las formas.

En estas horas aciagas en que tus incondicionales te tironean sin temer dejarte hecha girones, queremos decirte, Gaby, que no estás sola. La corporación política te apaña. Cristina Kirchner dejó inconcluso su mandato de senadora para asumir la Presidencia de la Nación ; su cuñada Alicia, saltó del Congreso al Ejecutivo Nacional dejando su banca al suplente; Francisco de Narváez, siendo diputado, se presentó a Gobernador y se quedó en la Cámara tras perder la elección; Felipe Solá tiene mandato hasta 2011 pero se presenta ahora; Duhalde huyó de la Presidencia de la Nación un año antes de lo previsto envuelto en alguna excusa; De La Rúa interrumpió su mandato de senador nacional para ser Jefe de Gobierno y luego, éste para ser Presidente; Sabatella fue reelegido por tercera vez como Intendente de Morón hace dos años y ahora renuncia para postularse a diputado; Ginés González García encabezó la lista de legisladores K en Capital pero partió como embajador a Chile no bien pasada la elección; Carrió asumió como diputada en 2005 y renunciaba dos años después, lo mismo que Macri, quien dejó su banca de legislador nacional inconclusa al postularse a la Jefatura de Gobierno porteño.

De concretarse tu temprana mudanza, calificarías con honores para pertenecer a las grandes ligas.

7 comentarios:

  1. Desde Mr Smith Goes To Washington, los que no son del palo son forreados por la clase política.
    Esa misma clase política que decapitó a la clase nobiliaria en la Revolución Francesa.

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  2. Es un horror lo que hizó. Demuestran día que tanto la Ciudadanía como la Constitución son similares a la basura. Conclusión: No hay que votarlos.
    Muy buen artículo.
    Saludos.

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  3. Quiénes serían "del palo"? Entiendo q los peronistas. Es una cadena; los perucas forrean al PRO y el PRO nos forrea a nosotros.

    Gracias Mariano! Es cierto... no hay q votarlos pero como acá no tenemos al Chapulín, me pregunto... quién podrá defendernos?

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  4. ¡María!Muy buen artículo,sin desperdicio. El argumento de Gabriela:Tengo que ir al congreso para destrabar la gestión en la ciudad es impresentable, una reedición de la campaña de Macri asegurando seguridad sin tener con que, ¿con su solitario voto piensa conseguir la policía, el puerto el transporte y la autonomía?
    No se que es más si tramposo o penoso ¿que hicieron Pinedo y los legisladores del Pro hasta hoy. calentar bancas?Leopoldo Emilio

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  5. Más de lo mismo, siempre igual...en este país, cuando pensás que no puede venir nada peor, a los dos años ya extrañas al tránsfuga que se fue...que locura.
    Me encanta tu blog.
    Slds

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  6. Ni hablar! Es tal cual decís, Jimmy! un periodista amigo siempre dice: "Lo q vamos a añorar a Kirchner cuando asuma Schocklender!"

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  7. María, voté a Gabriela para vicejefa porteña hasta 2011. Me defraudó con su conducta. Por ello, esta vez no la acompañaré con mi voto. ¿Quién me asegura que en dos años no renuncie a la cámara baja para postularse para suceder a Macri? Saludos, H.

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