Y pasaron las PASO. Sólo fueron una sorpresa para los
sordos, ciegos y necios que, en este país, son milllones. Quienes aceptamos la
realidad sabíamos:
1) que Massa ganaba por varios puntos la provincia de
Buenos Aires
2) que el frente
liderado por la dupla Carrió-Solanas relegaba al PRO al 2do puesto en
Capital
3) que el oficialismo K iba a hacerse el oso insistiendo
con el relato de ser la fuerza más votada a nivel nacional como manera de
disimular el tropezón
4) que el PRO iba a tergiversar el resultado para
definirse como ganador del distrito
5) que a partir del domingo 11 la oposición al gobierno
central tiene cara
6) que el PRO tiene un competidor en la ciudad
7) que suenan tambores fúnebres para el kirchnerismo y el
macrismo
Cuando se me ocurrió comparar los dos oficialismos en el
poder, la tropa proísta me saltó directo a la yugular. Que cómo los podía
comparar, que en el PRO son todos buenos y en el kirchnerismo todos malos (esa
última parte es cierta), que la gestión de Macri es muy superior a la del
gobierno central, y que unos son democráticos y los otros no. Este argumento se
me hizo difícil de procesar porque no podía esclarecer cuál era cuál según las
opiniones vertidas.
En ninguno de los dos hay elecciones internas, los
candidatos se eligen a dedo; en ambos hay una mesa chica de amigos de toda la
vida que deciden hasta los detalles; ninguno tiene órganos partidarios lo que
implica que ambos carecen de debate interno, nombran a los amigos, y a los
amigos de los amigos, y a las mujeres y/o maridos de los amigos; la política de
comunicación responde a una disciplina partidaria que se maneja desde la
cúspide del poder con férreo verticalismo.
En el mismo momento que los "operadores"
políticos del PRO estén festejando en
octubre lo que sea que festejen, estarán perdiendo la personería jurídica en el
distrito clave del país: la provincia de Buenos Aires. Si lo sé yo estimo que
también los "armadores" pero, por el modo en que ignoran el hecho,
parecería que se tratase de un tema menor.
Entre las casualidades/paralelismos, al PJ le estaría pasando lo mismo.
En capital festejaron ser los candidatos más votados y
reinterpretaron el concepto de las PASO a su favor. Insinuaron como una
cualidad llevar lista única, lo que "tenía menos gracia" que, sin
nombrarlos, la oferta de UNEN. No se hicieron cargo, como no se hizo cargo el
kirchnerismo y el resto de los peronismos, que estaban burlándose del espíritu
de esa votación. Todos ellos llamaron a la gente a elegir candidatos que ya
habían sido elegidos a dedo en el café de la esquina. Y, en el caso del PRO, lo
del "café de la esquina" es literal porque, a menos que usen las
oficinas públicas que ocupan en el gobierno de la Ciudad para dirimir temas
partidarios, carecen de local propio para tales fines. El PRO, un partido que
aspira a alcanzar la presidencia de la Nación en dos años, nunca tuvo un
espacio físico propio. Esto implica que tampoco hay convenciones partidarias,
ni convencionales, o sea debate entre dirigentes.
Hasta el PJ tuvo siempre sede partidaria antes de la
diáspora. Sólo el kirchnerismo alteró esa costumbre.
Estos diez años de administración K han hecho daño a
granel. No sólo en la economía, en la educación, en la salud y en la
convivencia. Han herido seriamente los mecanismos de entendimiento general. La
justicia, para empezar, pero también han degradado la política para perjuicio
de la sociedad y beneficio de los aparatos partidarios. Porque los partidos
sirven para que los interesados en la cosa pública hicieran escuela en esos
ámbitos. El kirchnerismo legitimó el enquistamiento de un puñado de
"taitas" que deciden a dedo la "carrera política" de los
ungidos que van a cubrir los más diversos cargos; luego circulan con toda
comodidad del Ejecutivo a los legislativos o a organismos varios que si no
están, se crean. Y ahora eso mismo lo
hacen todos. Y los que no lo hacen y se someten a una interna abierta, lucen
como debilitados frente a los de boleta única. Ironías de un sistema perverso
que trabaja a favor del afianzamiento de la corporación política.
Es difícil recordar una renovación de figuras en el PRO. El
que llega no se va más. A menos que se meta en una interna de jerarcas, la
pierda y resulte el fusible, pasa de un puesto a otro, de un puesto a otro, de
un puesto a otro.
Entonces, cuando los proístas nos entusiasman por
televisión y mirando a cámara nos alientan a participar ¿cómo sería si uno no
tiene la suerte de conocer a ninguno de los tres o cuatro mandamás? ¿Cómo se
milita en el PRO? ¿Cómo se escala posiciones?
La única militancia que registro en mi haber es dentro de
las filas de la UCedé. Allí discutíamos, presenciábamos y/o participábamos de
las asambleas y de las decisiones; nos postulábamos, perdíamos, ganábamos y
luego se integraban las listas tras escuchar la opinión de los afiliados. Y
bien recuerdo el entusiasmo que provocó el nacimiento del PRO como alternativa
partidaria en mucha gente valiosa que se había quedado sin refente político ni
espacio donde volcar su necesidad de participación pública tras el
desmembramiento ucedeísta.
Pero el PRO no los quiso. Parece que los liberales eran
piantavotos. Fueron absolutamente eficaces cerrando filas con los peronistas
para evitar filtraciones. Y cuando se es liberal, se aceptan las decisiones
ajenas. El partido lo armaron ellos (nos olvidamos de la temprana afiliación de
Mauricio Macri a la UCeDé) y se fueron a casa. Pero... ¡Lo que es la vida!
diría mi abuela. Es exactamente lo que hoy les hace Sergio Massa a ellos. No
los quiere en la foto. En los próximos tiempos veremos cómo reacciona el
peronismo travestido que engrosa las filas del PRO frente al desaire.
¿Aceptarán las reglas del juego (no se puede ganar siempre) o fugarán
apaciblemente a las fuentes peronistas del Frente Renovador?
¿Vaciarán el "espacio" que con tanto orgullo
suele describir Michetti como "plural" y que algunos analistas
preferimos llamar "rejunte" ideológico?
Hace tres años, en "Peronismo Demoliciones"
expuse la debilidad que le provocaba al macrismo su dependencia del peronismo
de capital. Me gustaría que el tiempo no me diera la razón y que no haya
servido a los impresentables de la década anterior para sobrevivir hasta el
momento de reaparecer. Y que el tiempo de salir a flote no sea ahora.
Pero si así fuera, el PRO tendría los días contados.
Exactamente algo menos de 900. Cierto es que un partido sin sede, sin internas
y anoréxico de dirigentes, porque en diez años no fue capaz (o no quiso)
construir figuras propias, no resulta serio apuntando a administrar el
país. Sabidos son sus atadísimos
vínculos al mundo futbolero pero sería una posibilidad febril llenar las listas
y los despachos de mediocampistas, réferis y algún que otro barra. Los años que
vienen exigen de una destreza y una capacitación que no se aprenden ni en la
cancha ni en el escenario con lo cual, artistas también abstenerse. Ya sé. Lo
que buscó el PRO en esos sectores no fue expertiz sino popularidad pero dado el
desastre que va a dejar el kirchnerismo como legado, con la popularidad no va a
alcanzar para recomponer la Argentina.
No se enojen con el diagnóstico los bienintencionados
seguidores del PRO. No es con ustedes. No maten al mensajero. No invento la
realidad, apenas la describo y como el fin de la política es modificar la
realidad, bien le podrían reclamar a sus dirigentes partidarios que empezaran
de una buena vez. Si abandonan ese tic de club de amigos que abrazaron en sus
inicios, todavía estarían a tiempo de sobrevivir para bien propio y de la
sociedad, pedido que ni siquiera vale la pena hacerle al kirchnerismo porque ha
dado incontables ejemplos de negarse a abandonar la tosudez. La endogamia fue
su cuna y quizá sea su tumba. Dios lo quiera.
Es más, podrían aprender del kirchnerismo lo que no hay
que hacer. Tendrían que mejorar la puntería y luchar contra el verdadero
adversario, el único, que es la dictadura K en lugar de dejarse enredar por los
consejos de un vendedor de humo profesional. ¿Qué dirigente serio puede seguir
los consejos de un individuo que se tiñe las canas? Pues él los alienta a ir contra Carrió para
no hacerse cargo de que perdieron en el distrito que administran por las
debilidades propias.
La gestión del jefe de gobierno conserva un alto nivel de
adhesión de modo que la lectura del resultado de las PASO es muy clara:
fallaron los candidatos. La gente sigue reconociendo positiva la administración
actual de la ciudad pero, a ver si lo decimos más claro: los candidatos no
alcanzan las expectativas; unos por conocidos y los otros por lo contrario. Los
porteños votaron convencidos a Gabriela Michetti como vicejefa de gobierno;
algo menos convencidos como diputada y mucho menos convencidos ahora, para
senadora. Bien podría la candidata hacer introspección y preguntarse el por qué
de la merma. Un proceso similar fue el de Bergman, muy locuaz y verborrágico
hasta que alcanzó un cargo público. Lo escondieron a Santilli, un candidato con
buena imagen y reconocimiento a su gestión, por sus problemas personales; como si nadie tuviera conflictos familiares y
fuese un bochorno divorciarse.
El resto de la boleta es más de lo mismo. Majdalani, una
peronista recalcitrante que se la vio bailar frenéticamente el domingo
calculando que si las cosas se replican el 27 renueva su deslucida banca. En
fin, ahí, en su propia lista está la debilidad del PRO y la estrategia de
cargar contra los que le ganaron es muy K: la culpa siempre está afuera. Y en
esa estrategia los porteños corremos el riesgo de permitir que se nos cuele
Daniel Filmus en el Senado. ¿Será que el PRO realmente lo prefiere a un
representante de la oposición? La conformación del próximo Senado es de una
importancia crucial y nadie bien nacido tiene derecho a hacernos correr el
riesgo de darle sobrevida al kirchnerismo y menos por camorras personales.
Carrió no se cansa de festejar que entre UNEN y PRO se
queden los tres senadores por la capital mientras el PRO hace campaña contra
ella. No sea cosa que los porteños rechacen tamaña mezquindad y en octubre les
vaya peor que en agosto.
Insisto con las aternativas. No reniego de la dificultad
que tenemos los defensores de la república de empujar la candidatura de un
admirador de las dictaduras de izquierda pero hay que rescatar que Pino es una
garantía contra la re reelección y el avasallamiento del poder judicial. Por si
los bailarines del PRO no están enterados, el gobierno está cocinando una
gravísima modificación a la ley que rige la conformación de la Suprema Corte de
Justicia y para empujarla necesitan Filmus sentados en el Senado. El 27 de
octubre es Solanas o es Filmus. Sería fantástico que el PRO, absolutamente
verticalista en temas de comunicación por lo que es imposible arrancarle una
declaración espontánea a ningún dirigente, respondiera a quién prefiere sentado
al lado de Michetti. Los porteños merecemos saberlo.
Durán Barba acaba de decir una verdad de Perogrullo:
"La estrella de esta elección es Massa". Y si, lo es. Pero lo es
porque su oferta despertó una expectativa, una ilusión de cambio en la gente,
lo mismo que generó el PRO en sus inicios y que fue perdiendo al paso del
tiempo.
Sergio Massa es la contrafigura del oficialismo. La
especulación general apostaba a que esa cara surgiera del sindicalismo. Si a Ud
no le termina de cerrar el intendente de Tigre, póngase contento: Gracias a
Dios Moyano no se animó a abandonar el barco K antes de las elecciones de 2011
mientras todavía era fuerte porque de ser así, el presidenciable 2015 no sería
Massa sino Moyano.
La falta de "timing" o de agallas del camionero
y de Daniel Scioli les impidió aprovechar su momento de mayor fortaleza, simultáneo
al de mayor deblidad K, para cruzarse de vereda. Ambos tenían la oportunidad
servida en bandeja en 2011 cuando Cristina buscaba su reelección. El apoyo al
"modelo" de este par de mercenarios decidió nuestra (mala) suerte por
los siguientes cuatro años más las consecuencias, que arrastraremos por muchos
más de cuatro.
La situación del país es tan delicada que no hay margen
para mariconadas. Hay que apoyar a quienes se sientan con fuerza y con coraje
para señalar al kirchnerismo como la peste misma y, hasta ahora, esos son
Carrió y Sergio Massa.
Creo que a los argentinos gustan de inventar sus propios verdugos, darles el poder automático para que decidan su vida, su propiedad en la creencia que lo hacen mejor que uno. PRO sigue construyendo poder, aumentando impuestos por servicios que no guardan correspondencia, y usando igual metodología politica para crecer como aparato político autosuficiente. Que el subte llegue a pocas cuadras, o la metropolitina circule regularmente por casa, no excluye ser un ciudadano crítico y racional en las decisiones cívicas.
ResponderBorrarBastó que pusieran una referencia a la importancia de los partidos políticos en la reforma de la constitución del 94 para destruirlos a todos.
ResponderBorrarsin ir más lejos, no hay entrevista a un candidato o funcionario del pro que no tenga varias referencias directas a "mauricio" como si se tratase de Sai Baba, Sri Sri, o Justin Bieber.
ResponderBorrarMauricio es el lider de la secta y Duran Barba su Dios. Lo que éste dice a través de su mensajero es infalible.
ResponderBorrar¿qué traman sobre la conformación de la CSJN?
101% de acuerdo María.
ResponderBorrarHOLA, DISCULPÀ,PERO NO ESTOY DE ACUERDO CON QUE MASSA ES LA ESPERANZA BLANCA...SI CON CARRIÒ, PERO MASSA ES MAS DE LO MISMO, Y AGREGADO EL MENEMISMO QUE ACERCA SU SUEGRO.ME QUEDO CON SANZ Y CARRIÒ.
ResponderBorrarSALUDOS CORDIALES
JAK.