La oposición está excitadísima. Cree haber encontrado
el camino del protagonismo. Ha visto la luz y acaba de lanzar una amplia
convocatoria para que mañana martes 22 el público la acompañe a abrazarse a un edificio.
Sin embargo, cabe preguntarse por qué esto y por qué
ahora. La vergonzosa dependencia del poder político de la que la justicia hace
gala ¿acaso es nueva? ¿Cuántos años hace que se cuestionan la selección y el
nombramiento de un lote cada vez más numeroso de jueces? ¿Hay alguien que pueda
afirmar que jamás escuchó sobre el cajoneo de causas “sensibles”? O por el
contrario ¿Quién no ha leído la larga lista de procesos “pendientes” que parecen
esperar sin pudor ni prisa la prescripción?
Si hablamos de irregularidades en causas que
involucran apellidos conectados con el poder, mejor ni calcular a cuánto
asciende el montón de “perejiles” que padecen la acción u omisión del aparato
judicial argentino. Si los casos de injusticias o de falta de justicia resonantes
no le han movido un pelo a la clase dirigente, hay que colegir que los
anónimos, mucho menos.
Entonces ¿Qué los lleva súbitamente a abrazarse al
Palacio de Tribunales esta vez? Los tuvimos inmutables mientras desfilaban
frente a sus ojos flagrantes violaciones a las normas: desde la valija repleta
de dinero que portaba Antonini Wilson, pasajero VIP de un vuelo privado cargado
de y contratado por funcionarios del Gobierno Nacional; la causa contra el ex
secretario Ricardo Jaime, que acumula pruebas de actos de corrupción y cuyo
ritmo nadie denuncia; los trámites “express” que archivó el juez Oyarbide en
tiempo record y que involucraban a los Kirchner: las dudas sobre la veracidad
del título universitario de Cristina y el enriquecimiento ilícito del
matrimonio; la impunidad de la que gozan los responsables de adjudicar las
millonarias asignaciones que recibió Hebe de Bonafini; las dudosas y
comprobadas conexiones entre funcionarios políticos y miembros del poder
judicial; la denuncia del propio vicepresidente de la Nación respecto del lobby
judicial en cabeza del ex procurador Righi; la arbitraria decisión de impedir
que asumiera un diputado electo, votado por la gente y habilitado por la
justicia electoral o los miles de presos que hoy, en este instante, llevan años
ilegalmente detenidos, violando los tratados internacionales con los que nos
llenamos la boca. Este breve e incompleto listado es un mero ejemplo de las
barbaridades con las que la oposición convive a diario, casi en armonía.
De repente, en coincidencia con el juicio oral que se
le viene encima a Mauricio Macri, parte de la oposición al kirchnerismo se pone
en marcha de una forma lícita aunque cuestionablemente legítima: hace casi una
década que nos vienen pidiendo el voto y ahora nos piden la presencia física.
¿Capitalizarán como propio mostrarle al Gobierno que somos una multitud los que
abominamos de esta “justicia”? Seguramente la respuesta es afirmativa y tampoco
tiene tanta importancia pero ¿Tienen algo en mente para después del abrazo?
Porque mucha gente, sedienta de opciones frente a un
oficialismo que “va por todo” se ilusiona. Alguien tiene que tener delineado un
proyecto más allá de la foto porque con acciones aisladas de los que no avalan
las políticas de la actual administración hemos llegado hasta acá mientras en
la otra vereda ajustan cada detalle de la siguiente maniobra y tampoco es
cuestión de dar lástima.
La convocatoria a reclamar por una justicia justa
(parece una redundancia pero no lo es) surge del PRO, Patricia Bullrich y
algunos peronistas de los autodenominados “federales” (o “buenos”, esos que
hacen de opositores al peronismo en ejercicio del poder y que fueron
oficialistas en algún otro período de la historia reciente). Pasando por alto
que muchos de los jueces de los que ahora se quejan amargamente fueron elegidos
por los mismos abrazadores, la movida huele a “hagamos algo que vienen por mí”.
Lo bien que hacen! porque la cosa es en serio: vienen
por ellos, también. El reclamo es a esa clase dirigente en su conjunto más allá
de la espada de Damocles judicial que hoy pende sobre la cabeza del Jefe de
Gobierno; todos ellos tienen la obligación de adelantarse a los acontecimientos
porque para eso los hemos sentado en el Congreso o en los despachos a los que
quisieron acceder. Porque el ciudadano común, que mañana le va a dar entidad al
reclamo de justicia, no cobra por hacer política y tiene que atender su
trabajo, generalmente no tan bien pago como el de nuestros legisladores.
Hay que pedirle a quienes nos convocan hoy algo más
que hechos espasmódicos. Cuando la plaza se llene de gente las cámaras de
televisión irán a registrar la multitud y los diputados presentes van a aprovechar para dar
notas con los miles de NN haciéndoles de marco. No basta con escuchar de ellos
la descripción de los hechos y el lamento por lo que nos pasa. Necesitamos que nos
informen qué más van hacer. Mañana, la plaza ¿y después?
Ojalá sea éste el evento inaugural hacia alguna dirección y que se integre en un proyecto más amplio. Porque con capítulos
unitarios no se arma un largometraje.
Comparto plenamente , hace un par de días envié un tuit a @PinedoFederico cuando promocionaba el evento .
ResponderBorrarPocas veces he tenido el privilegio de leer algo tan claro. Sin preconceptos y lleno de contenido. GRACIAS por enseñarnos a pensar. Gracias por darnos la oportunidad de algo que digo desde hace mucho. VIENEN POR NOSOTROS. Los ciudadanos comunes. Gracias.
ResponderBorrarAlejandro alvaro Lariño y Roda.
Como siempre, excelente lo tuyo María. Coincido plenamente.
ResponderBorrarEstas iniciativas aparecen tarde, pero peor sería ninguna iniciativa. Ahora bien, si se queda en la foto, será otra pérdida de tiempo y energía. Tengo sentimientos encontrados con respecto a las movilizaciones, por un lado me parecen una forma primitiva de reclamo, por el otro estoy convencido de que estos usurpadores de la República lo único que entienden es el lenguaje de las multitudes. Ojalá sea una demostración masiva.
ResponderBorrarMuy cierto tu artículo, pero entiendo que el Poder Judicial es la pata más importante de la democracia, no basta con "elegir "cada 2 /4 años a nuestros representantes. Para que después ellos cambien figuritas, yo apruebo este o tal pliego y vos el mío. Esa es la mecánica que desde hace años está implementada en los hechos. Los jueces que son los que fallan sobre nuestros derechos, bienes, etc, deben estar libres de actuar sin presión alguna de cualquier tipo de presión política y fallar de acuerdo a las leyes. Un saludo y ojala los ciudadanos, dueños de nuestro voto, podamos hacer valer n/decisiones.
ResponderBorrarCoincido, pero es lo que hay, y tenemos que asumirlo, juntar 50 mil personas (en estas batallas numericas) puede dar un vuelco de expectativas que tanta falta hace.
ResponderBorrarComparto con Bugman, que a lo único que le tienen miedo es a la gran multitud protestando, pero si no se llega a juntar a una gran multitud se nos reirán una vez más en la cara. María, un saludo grande desde Córdoba y escribí más seguido que hace mucha falta.
ResponderBorrarGracias a todos x sus comentarios. Valoro q se tomen el tiempo de leer mis reflexiones y luego, de escribir sus pareceres.
ResponderBorrarComparto lo q han dicho varios: es lo q nosotros podemos hacer. Salir a la calle todavía se nos está permitido. A lo q voy es al afecto... sirve de algo al objetivo de cambiar las cosas o sirve para sentir q hacemos algo?
Disculpen mi brutalidad pero no todo lo q se hace sirve para algo. Siento q estas cosas son como decir: "Tengo una aspirina, tomá!" cuando alguien dice: "me quebré la pierna". La aspirina es un medicamento pero no para las quebraduras. Me explico? No todo remedio sirve. Y la consecuencia no es inocua; peor, xq uno toma la aspirina y genera una expectativa. La desilusión es el costo inmediato. Luego el escepticismo, a largo plazo, es casi inevitable.
Yo les agradezco a los "merodeadores" de este espacio xq acá nos entendemos, nos hacemos compañía y podemos sentirnos menos solos.
Fer: gracias x tus palabras! no escribo + seguido xq estoy sin ánimo. Siento q la prédica de muchos de nosotros ha sido en vano. Y tengo puesta la energía en otro lado, estoy buscando nuevos horizontes.
Gracias!!!!
La verdad, extrañaba sus opiniones. Me parecen claras, puntuales y de las más objetivas que andan dando vueltas.
ResponderBorrarComparto la sensación de que hay cosas que se hacen, muy elocuentes en el corto plazo pero que no cambian nada. Es lo que percibo cada vez que alguien es victima de un delito grave y se recurre a marchas para pedir justicia. Tal vez estoy tan equivocado como todos, pero creo que en la medida en la que no se cambien los incentivos nuestra realidad va a ser cada vez peor, hasta que un día alguien viva un hecho de violencia y no tenga nada más que perder. Tal vez ese alguien decida equilibrar las cosas y buscar no sólo a los responsables directos, sino tambien a los responsables políticos, que por omisión o interes personales permitieron que ocurriera. Tal vez, y sólo tal vez, entonces los "lideres" de nuestra sociedad (líderes en el sentido amplio no sólo el partido gobernante o los políticos)empiecen a ver que hacer las cosas mal tiene un costo, en terminos de su propia seguridad.
Por lo pronto me cuesta entender como tanta gente pierde a diario aquello por lo que luchó toda su vida y sólo se le ocurre protestar para que a alguien mas no le pase lo mismo. Al tiempo siguen su vida como zombies aceptando que fue el destino, o el karma, o los designios de cual fuere el dios en el que crean.
No entiendo que nos pasa a los argentinos, cuando fue que renunciamos a la ilusión de que nuestro futuro depende de nuestro trabajo y esfuerzo y nuestros "líderes" están ahí justamente para proteger el esfuerzo de los que piensan así.
Comparto lo que decís, cada día que pasa me siento más adoctrinado en esto de vivir el día a día y dar gracias por eso. Yo quiero vivir el hoy pero con proyectos de mañana, agradecer no por que me dejan respirar sino porque llego al final del día cansado de trabajar para un futuro mejor para mi familia.
Tal vez simplemente nacimos en el tiempo y lugar incorrectos, pero pensar así sería el equivalente a las marchas por justicia. Nos queda pensar que tal vez en el futuro hagamos la diferencia, aunque por ahora simplemente padecemos la realidad.
Muchas Gracias,
Saludos
Esteban
(esan74)