
Esta vez parece que la soga se tensa en serio para los Kirchner y, de nuevo, la pulseada viene de adentro mientras la oposición mantiene una férrea e inmodificable actitud: mira.
La rebelión sindical que vio la luz a partir del conflicto en la empresa Kraft llegó para quedarse y, como la espumita, subir. Fue la punta de un iceberg con profundas y amenazantes raíces. Sesenta paros en dos meses es una performance que impresiona al más guapo y es la foto de la situación actual en el gremio de los subtes. Los adversarios de la conducción oficial están dispuestos a capitalizar lo obtenido. Retroceder no figura en el “multiple choice” que barajan Néstor Segovia y Claudio Delle Carbonara, delegados sindicales de Metrovías, absolutamente enfrentados con Hugo Moyano y la patota de la UTA que lo representa.
La resistencia del gobierno nacional a reconocer legalmente otras organizaciones de trabajadores por fuera de la CGT viola resoluciones adoptadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en particular la Nº 87 sobre Libertad Sindical, a la que el estado argentino adhirió.
Cabe recordar que sobre el tema se ha pronunciado favorablemente la Corte Suprema de Justicia de la Nación en un fallo que involucró a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Y por si resultara insuficiente, duermen en oficinas del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 2600 expedientes vinculados a solicitudes de personería para otros tantos sindicatos.
Hasta ahora, Moyano y sus muchachos la venían piloteando pero en los últimos meses la cosa se les fue de las manos ¿Qué va a hacer Néstor Kirchner ante el nuevo escenario, acostumbrado a resolver los problemas que su conducción generan con la creación de enfrentamientos y los enfrentamientos con más enfrentamiento? ¿Va a enfrentar la presión de los grupos radicalizados que apuestan con estilo K porque tienen poco para perder, mucho en juego y más aún por ganar o va a ceder? ¿Tiene margen de negociación o su única carta es reprimir la protesta y rechazar el reclamo? ¿Está en condiciones políticas de tragarse ese sapo frente a los propios que esperan agazapados para presentarle de a uno en fondo sus propias y abultadas facturas y frente a los medios que tienen todavía algunos meses de aire para esmerilarlo como devolución de atenciones a la catarata de maltratos recibidos de su parte?
Por ahora, varias son las certezas que se pueden apuntar respecto del presente y del futuro inmediato: la posición por completo inflexible de los rebeldes y su férrea disposición a ganar esta partida; la falta de coraje de los tribunales en los que es imposible ubicar un fiscal que, de oficio, intervenga ante la ristra de delitos que se comenten a diario frente a nuestras narices; la inhumana desprotección en la que permanece el grueso de la población por acción de las bandas que copan el espacio público y por omisión de la autoridad que nada hace en contrario; la atrofia terminal del peronismo “bueno” que, desde el 28 de junio permanece en estado catatónico sin ideas y/o agallas; el simultáneo apoyo de Hugo Chávez al gobierno de Cristina y a los piqueteros anti-K; la veloz transformación del país en paraíso del narco-lavado internacional y la negligencia oficial de un estado que calla y otorga; los monumentales intereses en juego detrás del conflicto sindical y la probada modalidad de Kirchner de redoblar la apuesta a lo que sea.
En ese marco, la pelea de fondo no será en el terreno político con lo que la oposición podrá desempeñar el papel que mejor le sale, de espectador, y Néstor habrá “primereado” otra vez a la larga lista de supuestos contendientes que se apilan desde hace años aunque hasta ahora, sólo para criticarlo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario