Mientras el mundo se debate entre catástrofes como la que sufrió Brasil recientemente con el fatal accidente aéreo o la amenaza permanente del terrorismo internacional, en la Argentina de Kirchner las noticias del día van del aumento de enfermedades pulmonares por el frío y la mala alimentación de la población a falta de combustible. Más de 7000 industrias se han visto afectadas por los cortes de energía en los últimos sesenta días y el índice de producción industrial cayó por primera vez desde 2005. Eso si no se revisa la sección “Policiales” de los diarios, porque allí se concentra la información más vergonzosa que produce el gabinete nacional.
La ministro de Economía tuvo que renunciar ante su imposibilidad de explicar qué hacía un cuarto de millón de dólares en el baño de su despacho. La secretaria de Medio Ambiente fue denunciada por el diario “Clarín” por nombrar más de 350 agentes en un año, lo que echa un promedio de una persona por día entre los que se cuenta una larga lista de parientes y amigos personales de la funcionaria y cuyas actividades profesionales, si las tienen, nada tienen que ver con la política ambiental. Por su parte y como para no ser menos, otra integrante del gabinete nacional encabeza el escándalo de la semana. Se trata de la ministro de Defensa, ex esposa del terrorista Juan Manuel Abal Medina quien ha sido convocada por un juez a que explique los detalles de un contrabando de armas a los Estados Unidos ocurrido durante su gestión. Unos meses atrás, el caso de la empresa Skanska había saltado a la primera plana de los diarios dada la conexión que las irregularidades, sobreprecios y pagos de coimas involucraban a altos funcionarios de la empresa estatal Enargas, creada durante la administración Kirchner.
Mientras sus funcionarios van a los tribunales y evitan al periodismo, Néstor Kirchner aprovechó a ungir a su esposa como sucesora a la presidencia de la Nación para octubre próximo. Su candidatura se lanzó el jueves pasado en un acto que de peronista no tuvo ni la foto del líder fundador. Un teatro lleno de invitados especiales, de estricta corbata e invitación en mano, escuchó a Cristina Kirchner alabar la gestión de su marido y blasfemar contra todo lo que no es “K” pero el “pueblo peronista” brilló por su ausencia. Sólo había algunos militantes que se enfrentaron a golpes en la puerta del local donde transcurría el acto, aunque adentro se ignoró la violencia que sucedía más allá de la fuerte custodia de la que gozaban los privilegiados que escuchaban a la candidata cómodamente sentados. Además de la gente, quedaron afuera los símbolos peronistas, una vez más. Adentro todo era orden; cada uno en su sitio; todo bajo estricto control; nada librado a la espontaneidad. En el escenario desierto retumbó una sola voz; esta vez, la de Cristina candidata pero una, como le gusta al kirchnerismo. El acto tuvo una estética siniestramente fascista.
La foto de una Cristina rejuvenecida y sonriente tapiza las calles de Buenos Aires bajo el slogan de campaña: “El cambio recién empieza” que, en realidad es de acierto dudoso. Hay quienes opinan que suena más a amenaza que a propuesta.
lunes, 23 de julio de 2007
martes, 10 de julio de 2007
Cristina, viajes y buena memoria
Después de una seguidilla de tropiezos el gobierno nacional logró reaccionar y lanzó la candidatura presidencial de la esposa del primer mandatario. Así, sin internas partidarias, sin debate ni consulta a dirigentes y afiliados, con el mismo dedo que le cuestionaron a otros, Néstor Kirchner ungió a la primera dama como si el poder político fuera un bien ganancial o parte de una herencia.
Pero, además de lo mucho que se le cuestiona a Cristina Kirchner su nulo interés por los problemas del distrito que representa y por el que no presentó ningún proyecto legislativo en los dos años que lleva en el Congreso, su debilidad por los viajes al exterior es tan indisimulable como su afición por la ropa de marca.
La agenda de campaña por las veinticuatro provincias argentinas aún no está diseñada, cosa que a los gobernadores no extraña porque recuerdan que tampoco recorrió Buenos Aires cuando fue la candidata del distrito al Senado Nacional .Sin embargo, el plan de viajes al exterior ya ha sido comunicado a la prensa porque no sólo delira Cristina por viajar y comprar sino también por la exposición pública. Por eso, como Eva Perón, cuenta con un nutrido equipo de prensa que la filma y fotografía vaya a donde vaya y luego distribuye el material entre los medios.
Con independencia de sus debilidades, alguien debería insinuarle a la senadora que los votos habrán de conseguirse dentro y no fuera de los límites de la República Argentina y que sería oportuno, por esta vez, que dedicara algunas millas de vuelo a los viajes de cabotaje, aún cuando no sean tan glamorosos como Europa y la Gran Manzana. Y más si se tiene en cuenta la premonición de su marido. “En octubre los argentinos van a llenar las urnas de buena memoria” dijo el Presidente Kirchner y todos sabemos a qué se refería. El quiere que recordemos los episodios sobresalientes de su gestión, o sea:
Pero, además de lo mucho que se le cuestiona a Cristina Kirchner su nulo interés por los problemas del distrito que representa y por el que no presentó ningún proyecto legislativo en los dos años que lleva en el Congreso, su debilidad por los viajes al exterior es tan indisimulable como su afición por la ropa de marca.
La agenda de campaña por las veinticuatro provincias argentinas aún no está diseñada, cosa que a los gobernadores no extraña porque recuerdan que tampoco recorrió Buenos Aires cuando fue la candidata del distrito al Senado Nacional .Sin embargo, el plan de viajes al exterior ya ha sido comunicado a la prensa porque no sólo delira Cristina por viajar y comprar sino también por la exposición pública. Por eso, como Eva Perón, cuenta con un nutrido equipo de prensa que la filma y fotografía vaya a donde vaya y luego distribuye el material entre los medios.
Con independencia de sus debilidades, alguien debería insinuarle a la senadora que los votos habrán de conseguirse dentro y no fuera de los límites de la República Argentina y que sería oportuno, por esta vez, que dedicara algunas millas de vuelo a los viajes de cabotaje, aún cuando no sean tan glamorosos como Europa y la Gran Manzana. Y más si se tiene en cuenta la premonición de su marido. “En octubre los argentinos van a llenar las urnas de buena memoria” dijo el Presidente Kirchner y todos sabemos a qué se refería. El quiere que recordemos los episodios sobresalientes de su gestión, o sea:
- la crisis energética que tiene al país en penumbras, la producción detenida y las tarifas congeladas
- los índices de criminalidad creciendo exponencialmente durante los últimos cuatro años
- la bolsa con un cuarto millón de dólares que apareció en el baño de la Ministro de Economía
- el decreto “de necesidad y urgencia” que repartió frecuencias de radios y de televisión entre empresarios amigos
- la anarquía callejera de rutas y calles cortadas
- las maniobras fraudulentas del affaire Skanska que involucraron a funcionarios políticos
- el año transcurrido sin rector de la Universidad Nacional de Buenos Aires
- la manipulación del Consejo de la Magistratura
- el caos y la inseguridad en los aeropuertos y el espacio aéreo nacional
- la vigencia de la “procesista” Ley de Radiodifusión
- el apoyo político a Aníbal Ibarra, responsable de la tragedia de Cromagnon
- el desabastecimiento
- los precios máximos y los controlados
- la inflación proyectada para 2007 del 20% anual
- los subsidios a las empresas de empresarios amigos
- los 500 millones de dólares de la provincia Santa Cruz que sacó del país hace 10 años y cuyo paradero se desconoce
- el atropello al organismo de medición de los índices económicos del país
- el aislamiento internacional
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