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lunes, 11 de septiembre de 2006

El Terrorismo en América

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Casi 40 años atrás, la Argentina fue el país elegido por el terrorismo internacional para desembarcar en América Latina. Por saber lo que significa el miedo, la sensación de inseguridad y la desconfianza que se instala en la sociedad debería costarnos menos entender hoy a los Estados Unidos. Sin embargo, el antiamericanismo puede más que el terrorismo y, lejos de identificarnos como víctimas del mismo padecimiento, festejamos lo que les pasa. Porque si bien Hebe de Bonafini, fundadora de la Asociación “Madres de Plaza de Mayo” fue capaz de declarar públicamente su satisfacción por la voladura de las torres Gemelas y los miles de muertos, hay millones de argentinos que no se animan a tanto en voz alta pero que no condenan abiertamente los ataques guerrilleros contra los Estados Unidos.

Son los mismos que localmente rechazan la defensa del sistema de vida occidental que hicieron las fuerzas armadas en los años ´70 con la excusa de condenar la forma en que se combatió, como si la guerra pudiera ser prolija y ética; como si fuera posible evitar los excesos y el horror. Los argentinos no están nunca dispuestos a pagar el costo de sus decisiones. Es una actitud inmadura irremediablemente asociada a los populismos y esa es la explicación sociológica de la supervivencia del peronismo. Cualquiera sea la cara visible del líder de turno, los peronistas saben que la sociedad argentina no acepta responsabilidades, castiga a quien se las recuerda y premia al quien le ayude a enajenarlas. Por eso el peronismo es masivamente votado. No es por el sesgo socialdemócrata de sus políticas económicas, ni por su tendencia al estatismo; no es por sus prácticas intervencionistas o su desprecio por las instituciones republicanas. No. Fundamentalmente, el peronismo gana elección tras elección por la demagogia de liberar a la sociedad en su conjunto de la responsabilidad de ser los dueños del propio destino. Porque es más digerible fracasar por culpa de las potencias nos sacan lo que nos pertenece que por nuestra incapacidad, nuestra comodidad y nuestra falta de arrojo y de esfuerzo. Hoy esa sociedad tolera que administren justicia los que en los ´70 ponían las bombas y que pretenden ser parte de la Zona Cero para inmortalizar aquella acción terrorista como una gesta patriótica. La sociedad adolescente lo permite todo a cambio de no tener culpas. El pueblo americano, en cambio, se hace cargo de sus errores. Sus autoridades son suyas y las defienden, al igual que a sus fuerzas armadas por eso honran a sus muertos y respetan a los vivos. Estados Unidos no le tiene miedo al juicio de la historia. Eso es ser libres.

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